El mar se va calmando,
su calma trae tranquilidad
y junto a ella llegan la soledad , la tristeza, lo lineal.
El mar busca las olas que la bailaban,
que la hacían sentir, llorar y reír...
El mar necesita otras fuerzas que la hagan bailar,
bailar la danza que dejó de sonar, que dejó de soñar...
El mar busca ritmos conocidos
que hagan renacer la melodía de su vaivén.
El mar se ha convertido en un charco
que necesita expandirse y transformarse en océano.
El mar te enfrenta mientras te siente
es capaz de impregnarte aún de sal, de su esencia.
El mar te sigue imaginando, allí, sentado,
dudando y queriendo, dudando y huyendo.
El mar quiere que sigas sentado, ahí, donde siempre has estado.
Deja que sienta tu piel impregnado de su baño.
(RHR)
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